El deseo del ser humano de declararse autónomo e independiente con respecto a Dios tuvo una primera consecuencia nefasta, una ruptura entre los seres humanos y Dios. El texto bíblico nos indica que cuando el Creador se paseaba por el jardín Adán y Eva se escondieron porque tuvieron miedo. Su miedo era resultado de su culpabilidad, ya no podían sentirse con libertad ante la presencia de Dios porque eran conscientes de haber desobedecido y rebelado contra Dios.
Cuando Dios les pregunta dónde están, la respuesta es que se sentían mal por estar desnudos. No hay nado malo en la desnudez por sí, Adán y Eva ya no podían ser transparentes delante de Dios, ya había cosas que necesitaban ser ocultadas. La vergüenza ante la desnudez es la vergüenza de no poder estar delante de la presencia de Dios a causa de nuestra culpabilidad, sea esta consciente o no.
El hombre continúa escondiéndose de Dios por su sentido -reconocido o no- de culpa. Jesús, en una de sus citas memorables dice que cuando la luz vino al mundo, los seres humanos amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, huye de la luz, porque esta pone de manifiesto el mal que están haciendo.
Seguimos huyendo de Dios porque nos sentimos mal en su presencia, nuestra propia culpabilidad nos hace sentir mal, inseguros, inquietos, a disgusto.
Cuando Dios les pregunta dónde están, la respuesta es que se sentían mal por estar desnudos. No hay nado malo en la desnudez por sí, Adán y Eva ya no podían ser transparentes delante de Dios, ya había cosas que necesitaban ser ocultadas. La vergüenza ante la desnudez es la vergüenza de no poder estar delante de la presencia de Dios a causa de nuestra culpabilidad, sea esta consciente o no.
El hombre continúa escondiéndose de Dios por su sentido -reconocido o no- de culpa. Jesús, en una de sus citas memorables dice que cuando la luz vino al mundo, los seres humanos amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, huye de la luz, porque esta pone de manifiesto el mal que están haciendo.
Seguimos huyendo de Dios porque nos sentimos mal en su presencia, nuestra propia culpabilidad nos hace sentir mal, inseguros, inquietos, a disgusto.
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