Otra de las consecuencias del deseo del ser humano de declararse autónomo e independiente con respecto a Dios es una ruptura en las relaciones interpersonales.
Al ser confrontados por Dios con relación a su desobediencia, Adán y Eva se acusaron mutuamente. En vez de actuar solidariamente aceptando su responsabilidad por su conducta, Adán culpó a Eva en un intento desesperado por salvar su miserable pellejo. Valía la pena hundir a Eva si, a cambio, podía justificarse delante de Dios.
El pecado produce una increíble fractura en las relaciones interpersonales. Estas son difíciles incluso con nuestros seres más queridos, padres, hermanos, hijos, esposos.
Simplemente leyendo el capítulo 4 del libro de Génesis podemos ver como esa ruptura en las relaciones se va agravando, Caín mata a su hermano Abel por una cuestión de celos.
Cuando Dios está procesando la situación con Adán y Eva pronuncia unas tremendas palabras, tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de ti. Lamentablemente estas palabras se han usado para el sometimiento de la mujer e incluso para considerarla un ser de segunda clase. Nada más lejos de la realidad.
Estas palabras deben inscribirse en el contexto de la ruptura que el pecado causa a las relaciones interpersonales, consecuentemente, lo que Dios está indicando es una triste realidad que se dará, lo cual no significa que el endorse o bendiga, el sometimiento de unos seres humanos por parte de otros en razón de su genero, raza, educación, religión, etc.
La discriminación de la mujer, todavía hoy tristemente en curso en muchos países es una muestra clara de la ruptura entre los seres humanos que el pecado ha provocado.
Al ser confrontados por Dios con relación a su desobediencia, Adán y Eva se acusaron mutuamente. En vez de actuar solidariamente aceptando su responsabilidad por su conducta, Adán culpó a Eva en un intento desesperado por salvar su miserable pellejo. Valía la pena hundir a Eva si, a cambio, podía justificarse delante de Dios.
El pecado produce una increíble fractura en las relaciones interpersonales. Estas son difíciles incluso con nuestros seres más queridos, padres, hermanos, hijos, esposos.
Simplemente leyendo el capítulo 4 del libro de Génesis podemos ver como esa ruptura en las relaciones se va agravando, Caín mata a su hermano Abel por una cuestión de celos.
Cuando Dios está procesando la situación con Adán y Eva pronuncia unas tremendas palabras, tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de ti. Lamentablemente estas palabras se han usado para el sometimiento de la mujer e incluso para considerarla un ser de segunda clase. Nada más lejos de la realidad.
Estas palabras deben inscribirse en el contexto de la ruptura que el pecado causa a las relaciones interpersonales, consecuentemente, lo que Dios está indicando es una triste realidad que se dará, lo cual no significa que el endorse o bendiga, el sometimiento de unos seres humanos por parte de otros en razón de su genero, raza, educación, religión, etc.
La discriminación de la mujer, todavía hoy tristemente en curso en muchos países es una muestra clara de la ruptura entre los seres humanos que el pecado ha provocado.
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