Mark
Prensky es uno de los gurús de la educación contemporánea. Fue quien acuñó el
término “nativos digitales” para referirse a las nuevas generaciones de
jóvenes, aquellos que han nacido plenamente en la era digital (Aunque hay discrepancia
en cuanto a las edades, ya que no deja de ser una diferenciación arbitraria, se
consideran nativos digitales aquellos que han nacido después de 1990; otros
autores, sin embargo, sitúan esta fecha en 1985). En contraste, las personas
con más de treinta años podrían ser considerados “emigrantes digitales”. Ambos
términos no tiene que ver única y exclusivamente con la mayor o menor capacidad
para utilizar las nuevas tecnologías, sino con maneras total y radicalmente
diferentes de procesar la realidad y la información.
Prensky como
resultado de sus investigaciones afirma que:
Los universitarios de hoy constituyen
la primera generación formada en los nuevos avances tecnológicos, a los que se
han acostumbrado por inmersión al encontrarse, desde siempre, rodeados de
computadores personales, consolas de vídeos y videojuegos, música digital,
telefonía móvil y otros entretenimientos y herramientas similares. En
detrimento de la lectura (en la que han invertido menos de 5.000 horas), han
dedicado, en cambio, 10.000 horas a los videojuegos y 20.000 horas a la
televisión, por lo cual no es exagerado considerar que la mensajería
instantánea, el teléfono móvil, Internet, el correo electrónico, los juegos
de PC... son inseparables de sus vidas.
Resulta evidente que nuestros
estudiantes piensan y procesan la información de modo significativamente
distinto a sus predecesores. Además, no es un hábito coyuntural sino que está
llamado a prolongarse en el tiempo, que no se interrumpe sino que se
acrecienta, de modo que su destreza en el manejo y utilización de la tecnología
es superior a la de sus profesores y educadores.
El Dr.
Bruce D. Berry de la Universidad de Baylor citado textualmente por Prensky en sus
investigaciones afirma:
Diversas clases de experiencias
conducen a diversas estructuras cerebrales, cuya afirmación nos hace pensar
que, debido a dicha instrucción tecnológica, los cerebros de nuestros jóvenes
experimenten cambios que los convierten en diferentes a los nuestros.
Un
artículo de CNN en español del año 2013 al referirse a los nativos digitales
indica lo siguiente:
La guerra entre los
nativos y los inmigrantes terminó. Los nativos ganaron. Fue un conflicto sin
derramamiento de sangre, peleado no con balas y lanzas, sino con iPhone y
disquetes.
El “nativo
digital”, un término acuñado por el autor estadounidense Marc Prensky en 2001,
emerge como el grupo demográfico dominante en el mundo, mientras que el
“inmigrante digital” se vuelve una reliquia de un momento previo. El concepto
describe el cambio generacional en el que las personas son definidas por la
cultura tecnológica con la que están familiarizadas.
Prensky define a
los nativos digitales como aquellos que nacieron en una “cultura nueva”,
mientras que los inmigrantes digitales son pobladores del viejo mundo, quienes
vivieron en una era analógica e inmigraron al mundo digital y luchan más que
los nativos para adaptarse al progreso de alta tecnología.
El autor del libro Enseñando a los nativos digitales dice
que la explosión de la tecnología en los últimos 10 años es solo el comienzo de
un mundo nuevo simbiótico. Las computadoras y los teléfonos se vuelven una
extensión del cuerpo y la mente, creando una población parecida a
los cyborgs.
Diríamos,
pues, que los inmigrantes digitales se comunican de modo diferente con sus
propios hijos –o con los jóvenes de sus iglesias- ya que se ven en la
obligación de “aprender una nueva lengua” que sus vástagos no sólo no temen, sino
que conocen y dominan como nativos; lengua que, además, ha pasado a instalarse
en su cerebro. Para Prensky esto plantea igualmente un problema, establece una
brecha digital y un abismo generacional que no puede ser ignorado ya que los inmigrantes
digitales están empleando un lenguaje distinto en la enseñanza, propio de una edad
pre-digital, para instruir a una
generación que controla perfectamente la lengua digital.
Personalmente,
como educador, esto me plantea serías cuestiones que precisan de una reflexión
muy seria en relación a la forma en que estamos transmitiendo la fe a las
nuevas generaciones. La ciencia nos está demostrando que los jóvenes con los
que trabajamos en nuestras iglesias –todos ellos nativos digitales- tienen
desarrolladas capacidades diferentes en sus cerebros producto de la constante
exposición a formas distintas de procesar la realidad. Sin embargo, en su
inmensa mayoría nuestros programas formativos están desarrollados por
inmigrantes digitales que desconocen, no entienden o no saben cómo manejar esas
realidades.
La
consecuencia es dramática, estamos diseñando procesos educativos pensados para
una realidad –la pre-digital- que para los jóvenes ya no existe, sin embargo
persistimos en los mismos debido a que nos generan la seguridad que procede de
hacer las cosas que dominamos y que siempre hemos hecho, sin parar atención si
son efectivas y están en consonancia con los objetivos que deseamos alcanzar y
la forma de procesar de nuestros receptores. Pudiera ser que mucho del fracaso
en, no sólo alcanzar a los jóvenes no cristianos de nuestro entorno, sino en
mantener a los que han nacido y crecido en el contexto de la iglesia se debiera
en buena parte a la ignorancia y desatención a esta realidad. Dos recursos, uno
cristiano, Me perdieron, por David Kinnaman, publicado por Editorial
Vida y otro secular del ya citado Prensky, Enseñar a nativos digitales,
publicado por Editorial SM pueden ser de ayuda para entender y establecer
conexiones entre ambas realidades.
Bueno, esta es, nos guste o no, la realidad de los
jóvenes a los que tenemos que acompañar espiritualmente. Pero hay una
afirmación de Prensky que me ha resultado muy significativa. En un artículo
publicado en el diario español La Vanguardia en el mes de septiembre de 2016,
Prensky afirmaba que estos jóvenes no necesitan más información, la tienen toda
online, afirmaba; lo que precisan son referentes, figuras que refuercen sus
vidas. No importa si esta persona es analógica o digital, continúan necesitando
un mentor, un acompañante en todos sus procesos vitales y, naturalmente, en los
espirituales.
Creo que esa es una buenísima noticia, porque aunque es
algo constatable que buena parte de nuestros procesos educativos y de
transmisión de la fe se derrumban ante la realidad de estas nuevas
generaciones, no es menos cierto que valoran, precisan y necesitan más que
nunca el contacto humano y el acompañamiento personalizado en sus procesos
vitales. Aquí es donde entra en juego con toda su fuerza y valor el mentor y el
acompañamiento espiritual que está llamado a ser una de las herramientas
¡Probablemente la gran herramienta! De formación espiritual de los nativos
digitales. El tiempo, si la iglesia es persistente en acompañar a estas
generaciones, nos lo demostrará.
Comentarios
Get directions, reviews and information for Hard Rock Casino and Hotel 경상북도 출장샵 Montgomery in 용인 출장마사지 Montgomery, AL. Find hotels 광주 출장안마 near Hard Rock Casino 오산 출장마사지 and Hotel Montgomery. 상주 출장샵